Mi alumno presenta conductas disruptivas en determinadas situaciones, las cuales ya se producían en cursos anteriores. Estos son algunos ejemplos de situaciones:
- No le gusta que le borren las actividades mal hechas
- No le gusta borrar si comete fallos en lecto-escritura
- Se frustra cuando pierde en juegos, especialmente en aquellos que se le dan bien (memory, ordenador...)
- No permite que le corrijan los fallos, especialmente los compañeros.
Todas estas conductas, se suelen suceder en el entorno escolar. Por esta razón, la profesora especialista del aula TEA, la integradora social, la tutora y los profesores que le dan clase han realizado un estudio de la conducta resumido en un registro (cuadro que se adjunta).
Una vez estudiado el registro de la conducta, se procede a realizar un contrato con el alumno. Este debe de cumplir unas normas básicas y que quedan escritas en el contrato (ya que para él, todo lo que se escribe lo cumple mejor, aunque no siempre). Comenzamos con menor exigencia, para que el alumno vea que el contrato funciona. Este se irá ampliando a medida que se vayan eliminando estas conductas disruptivas.
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